Pasar repollo bien cortado tratando que sea el jugo lo que va limpiando el bronce.
Enjuagar y secar.
Papa cruda rallada es otra buena opción.
Sacar bien el polvo y pasar aceite de oliva. Pasar franela seca sin enjuagar.
Si está muy sucio pasar queroseno ayudando con cepillo de dientes de los que tenemos reservados para este tipo de limpieza.
Limón y sal fina borran el verdín pero luego de dejar unos minutos enjuagar muy bien y secar.
El secado bien hecho es fundamental para que no aparezcan las manchas sobre el bronce limpio.
10.14.2009
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